Horiz. enferm; 26 (1), 2015
Publication year: 2015
Cada día millares de personas reciben cuidados para la promoción, prevención y restauración de su salud, los que son entregados por equipos que ponen a disposición de este cuidado toda su formación y experiencia profesional. A pesar de esto, los resultados en salud y bienestar de las personas, familias y comunidades podrían ser mucho mejores e incluso existe evidencia suficiente de que en ámbitos específicos, hay falencias importantes como por ejemplo, en el cuidado de personas con condiciones crónicas de salud y en el abordaje de los determinantes sociales de la salud, entre otras. Si miramos experiencias exitosas para la resolución de situaciones de salud-enfermedad, es probable que en algún momento alguien o unos cuantos definieran que era necesario hacer algo de manera distinta. Ya lo decía Albert Einstein "no pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo".
He aquí un desafío para la innovación en salud:
reflexionar sobre qué aspecto específico de mi práctica profesional, podría hacer de una manera distinta de cómo lo hago hoy, por ejemplo, ¿Cómo mi gestión clínica podría ser más eficiente? ¿Cómo favorecer un aprendizaje significativo en los estudiantes? ¿Cómo abordar este problema puntual desde una perspectiva comunitaria? ¿Cómo lograr que esta familia se sienta cuidada a través de mi intervención? ¿Cómo ayudar al paciente a implementar los cambios de hábitos que exige su condición crónica? La Real Academia Española señala que la innovación es la "creación o modificación de un producto, y su introducción en un mercado". En el caso del cuidado de la salud, conocemos nuestro "mercado", por lo tanto, con la ayuda de teorías, modelos, marcos conceptuales y experiencias, debemos disponernos ahora a la creación y modificación de nuestro "producto". Desde su primera versión, el "Encuentro de Autocuidado" se ha propuesto brindar a los profesionales de la salud un espacio para el diálogo y la reflexión en torno al autocuidado de la salud. En su V versión realizada el 7 y 8 de mayo 2015, el propósito del encuentro fue contribuir al diálogo e intercambio de experiencias sobre la salud y literacidad en salud como innovaciones para el cuidado, en especial, por su potencial para facilitar el acceso a los servicios de salud y el fortalecimiento del autocuidado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la salud, definida como el apoyo de los servicios de salud a través de las tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC), es una herramienta que puede ayudar a desarrollar servicios de salud más eficientes y equitativos; desde el tratamiento de los pacientes, la investigación, la educación continua, el seguimiento y control de las enfermedades y la vigilancia de la salud pública, entre otros. Por su parte, el U.S. Department of Health and Human Services define literacidad en salud como la habilidad que tienen las personas para obtener, procesar y entender la información básica y los servicios que se necesitan para tomar decisiones en salud apropiadas .Un bajo nivel de literacidad en salud es una situación que muchas veces pasa inadvertida y puede ocasionar un cuidado de salud su óptimo, resultados adversos de las intervenciones médicas y finalmente efectos negativos en la salud de la población. Cómo podríamos innovar en nuestra práctica clínica incorporando la literalidad en salud? Una posibilidad: ejercitemos "precauciones universales comunicacionales" y así logramos asegurar que ha habido comprensión de los mensajes entregados .¿Cómo podríamos avanzar en Salud? llamando a los pacientes después de su hospitalización para corroborar la implementación de las indicaciones al alta y así se incorpora una estrategia de salud, que corresponde al cuidado de la salud, apoyado por el uso de tecnologías móviles como teléfonos u otros dispositivos inalámbricos y que es una herramienta práctica, útil y disponible para la comunicación uni o bidireccional, entre profesionales de la salud y pacientes. Otro facilitador para estas innovaciones? Estas estrategias son sinérgicas, es decir, no solo es un llamado telefónico más y una repetición de indicaciones, es una posibilidad para el equipo de salud y el servicio de ofrecer continuidad del cuidado y comprender mejor lo que el paciente siente, le preocupa, lo que ha hecho y las dificultades que ha enfrentado. Son estrategias que promueven su autonomía y facilitan la toma de mejores decisiones en salud que impactan positivamente su calidad de Vida y la de su núcleo familiar y también, que mejora la satisfacción usuaria y lo fideliza con el servicio ,vale la pena intentarlo. Les invitamos a mirar con nuevos ojos el trabajo de cada autor y equipos incorporados en este nuevo e interesante número de la Revista Horizonte. En cada uno de ellos puede estar la fuente de inspiración para innovar en la práctica de hoy.